Pasos Perdidos
La administración del miedo
Traductor: Salvador Pernas Riaño
Idioma original: Francés
Páginas: 118
2016
ISBN: 978-84-944769-5-2
PVP: 13,90 €
Formato: Rústica con solapas

La administración del miedo

Paul Virilio

Crisis económica, cambio climático, terrorismo indiscriminado, catástrofes de origen tecnológico, nuevas pandemias… La enumeración de las amenazas y los miedos contemporáneos es creciente y casi inacabable. ¿Se trata sólo de uno de los movimientos de terror que ya se han producido en otros momentos de la historia?

Paul Virilio piensa que es muy razonable tener hoy miedo, porque la esperanza que se había depositado en el Estado de bienestar tiene cada vez menos fundamento. Los Estados sustituyen su función primordial de garantizar la seguridad física, económica y política de sus ciudadanos por una nueva seguridad globalizada y ajena a los individuos. La nueva ideología seguritaria hace del miedo, de su orquestación y su gestión, una política que amenaza los fundamentos de la democracia.

Este miedo generalizado también es consecuencia de una hipermodernidad tecnológica que ha abolido las distancias y ha producido una aceleración del tiempo humano, obligándonos a estar permanentemente conectados con la actualidad. Pero este culto a lo inmediato provoca un profundo malestar en la civilización y socava nuestra relación con el mundo.


Paul Virilio
Paul Virilio

Paul Virilio (París, 1932) es uno de los grandes pensadores de la posmodernidad, junto con Deleuze, Lyotard o Baudrillard. Su extensa obra aborda temas como las relaciones entre tecnología y política, los modelos de la guerra moderna o la organización del territorio. En ella cabe destacar La inseguridad del territorio, Velocidad y política, Estética de la desaparición, La bomba informática o El futurismo del instante.

Teórico de la velocidad, de lo virtual e instantáneo, y de las consecuencias del desarrollo tecnológico en la sociedad, su obra ha ido adquiriendo una influencia progresiva y constituye hoy una referencia obligada en el pensamiento contemporáneo. 


Notas de prensa
Revista Détour - 20/10/2016
Paul Virilio. La realidad acelerada
Por Óscar Brox

Cuando Paul Virilio y Bertrand Richard mantuvieron estaconversation pour demain, que la editorial Pasos Perdidos presenta en su versión castellana, la burbuja de la crisis apenas había estallado, Osama Bin Laden continuaba en busca y captura y todavía no había comenzado el conflicto bélico en Siria, por citar solo unos pocos ejemplos. Edward Snowden no existía a la luz de los focos mediáticos y Julian Assange aún no vivía refugiado en la embajada de Ecuador en Londres. Y, sin embargo, en esos seis años que nos separan de 2010, uno puede leer en las palabras cruzadas entre ambos una inquietante vigencia. O la impresión de que en todo este tiempo solo hemos hecho que poner en escena lo que, en algunos casos, permanecía en estado larvario. Sea como fuere, La administración del miedo dispara en varias direcciones, las suficientes como para ofrecer un certero diagnóstico sobre lo que podemos entender por nuestra contemporaneidad.

Para Virilio, ese miedo que aparece destacado en el título se puede entender en dos facetas: como entorno o mundo cada vez más claustrofóbico y estresante, marcado por una serie de acontecimientos que rebasan su localización temporal. De manera que ya no hablamos de guerras puntuales o fenómenos meteorológicos espontáneos de alcance devastador, sino de crisis bursátiles cuyo efecto escalonado no deja de dar coletazos años tras año, conflictos bélicos extendidos entre regiones, etc. Y la segunda faceta de ese miedo responde a su adscripción política. Al monopolio del Estado a la hora de administrar el miedo, de cultivarlo, en tanto que el modelo tradicional de Estado, según Virilio, se ha visto despojado de sus prerrogativas y debe convencer a la ciudadanía de que todavía está en disposición de protegerla y garantizar su seguridad física.

En La administración del miedo confluyen no pocas preocupaciones del filósofo y urbanista francés, pero son sin duda la velocidad (eje central de su obra) y la aceleración de la realidad, consecuencia directa de la primera, las que dibujan el rumbo de la conversación. La dificultad de enraizar y arraigar un proyecto de vida, la debilitación de un ethos (en su acepción de residencia, de lugar donde se habita) que ya no puede echar raíces para que broten los actos humanos, el desequilibrio del miedo que provoca que un solo individuo detente el poder a la hora de sembrarlo, los fenómenos de deslocalización industrial como herida abierta del sistema de producción….

Tras las palabras de Virilio late esa inquietud ante una manifestación contemporánea cada vez más palmaria: el miedo a estar perdiendo esa ligazón, esa relación con los lugares y con lo real. Que esto último, lo real, devenga pura evanescencia. Y con ello, la sensación de que la filosofía no termina de encontrar las palabras para hacer frente al desafío. Demasiado excedente de estímulos, demasiada shitstorm estéril, demasiada terapéutica destinada a hacernos tragar sin más. En continuo movimiento, de huida, migración o vagabundeo, sin un suelo en el que echar raíces. Deslocalizados, también nosotros, de toda praxis moral.

La administración del miedo es una obra elocuente en su manera de alumbrar las derivas emprendidas durante la última década por el mundo, por Europa y por los cambios sociales aplicados sobre la ciudadanía. La crónica de la siembra del pánico, de ese miedo que se palpa en las cosas más sustanciales. En ese derecho sometido al estado de urgencia (véase la Francia post-Charlie Hebdo de François Hollande) y en esa vida continuamente desparramada en todas direcciones, materiales y virtuales, sin un lugar al que agarrarse. Presa de un miedo que en este breve e interesante diálogo toma forma.

Encuentros de Lecturas - 04/10/2016
Paul Virilio. La administración del miedo
Por Santos Domínguez
Como un diálogo socrático con Bertrand Richard más que como una entrevista se plantea La administración del miedo, el libro de Paul Virilio que publica Pasos Perdidos con traducción de Salvador Pernas Riaño.
 
Con unos planteamientos que recuerdan a los que exploró narrativamente Isaac Rosa en El país del miedo, Virilio aborda en estas conversaciones la gestión del miedo como instrumento de control por parte del Estado y la importancia de la velocidad y de la inmediatez, porque el terror consagra la ley del movimiento y evita el pensamiento crítico en un mundo globalizado.
 
Un mundo sometido al hiperdesarrollo de la tecnología que nos conecta a una pantalla para observar la realidad, sustituye el mundo real por su simulación y suplanta la vida individual por la vida virtual en una sociedad cada vez más inmadura e infantil, “pues – escribe en el Prefacio Bertrand Richard- en una época no tan lejana hacerse mayor, llegar a ser adulto, significaba precisamente superar los miedos para entrar con más o menos valor y lucidez, o al menos aparentándolo, en el difícil periodo en que uno se convertía en un hombre. Para ser adulto había que liberarse de los miedos imaginarios, de las angustias que provienen de una confusa concepción del mundo, y dirigir la propia vida e incluso, en ocasiones, participar también en la elaboración del destino colectivo. Por decirlo en pocas palabras, el miedo estaba mal visto. Era señal de un temperamento débil y de una falta de consistencia personal.”
 
Una sociedad hipermoderna que ha abolido las distancias espaciales y temporales y nos ha impuesto la velocidad de lo inmediato y la ansiedad de la actualidad permanente, porque así como la velocidad de los transportes achica las distancias y empequeñece el espacio, la velocidad con que se transmite la información anula el tiempo y nos sitúa en un presente irreflexivo, en un flujo simultáneo e ininterrumpido de imágenes que representan el presente.
 
Paul Virilio lo resume demoledoramente cuando afirma que la pérdida de realidad es un resultado del progreso y que el miedo es uno de los derivados de la velocidad.
Brújulas y espirales - 03/10/2016
La administración del miedo
Por Francisco Martínez Bouzas
Paul Virilio (París, 1932) es uno de los grandes pensadores franceses de la era posmoderna que aún resisten. La guerra, confiesa, fue su universidad inicial ya que la Blizkrieg alemana le sorprendió en la Bretaña francesa. Pero también estudiaría fenomenología en la Sorbona con Merleau-Ponty. Se fogueó así mismo en las revueltas del mayo de 1968. Entre sus contribuciones teóricas cabe destacar lo que Virilio llama “modelo de guerra” de la ciudad moderna y de las sociedades humanas en general, en el que argumenta que los proyectos militares y tecnológicos son la guía de la historia; el concepto de accidente integral (las innovaciones tecnológicas acarrean posibilidades de accidente); la “Dromología” o lógica de la velocidad; la logística de la percepción y los mecanismos bélicos como motores de la transición del feudalismo al capitalismo… Y una reflexión sobre las amenazas y miedos contemporáneos, como hace en este pequeño volumen, L’Administration de la peur (2010), traducido por Salvador Pernas Riaño para la Editorial Pasos Perdidos.
   El libro se presenta bajo el formato de una conversación entre Paul Virilio y Bertrand Richard, en la que se reflexiona sobre la generación de los miedos colectivos, cuya gestión, en las sociedades modernas, se deja en manos de unos pocos que justificarían por lo tanto el dominio y el sometimiento, a través de normas de seguridad cada vez más estrictas, impuestas por los políticos y gobernantes y aceptadas pasivamente por los ciudadanos. Buena parte de los ciudadanos padecen/padecemos estas patologías del miedo: caos climático, pánico bursátil, pandemias, crack económico, fobias alimentarias… Y esos miedos individuales o colectivos se suman y retroalimentan unos a otros en una dinámica demencial y en el fondo infantil, pero capaz de convertir el principio del terror en la piedra angular de las actividades humanas a las que se hallan sometidas la creencia y la confianza en la razón y la perceptibilidad del género humano.
   En este contexto, la entrevista con el pensador y urbanista Paul Virilio aporta un nuevo enfoque para entender estas patologías del miedo y su dinámica. Virilio utiliza la expresión “administración del miedo” con dos significados distintos: hoy el miedo es mundo, pánico (total); no un simple acontecimiento relacionado con hechos y catástrofes locales. Pero a ello es preciso añadir que los poderes estatales se sienten tentados a hacer de la incontrolable difusión mediática del miedo un reclamo para convencer a los ciudadanos de que, por encima del respeto de los derechos humanos, es preciso preservar su seguridad física. Es la nueva ideología del funcionamiento pervertidos de la actual democracia en muchos países: amordazarnos para garantizar nuestra salud (antes eso lo hacía el Estado de bienestar) y nuestra seguridad. En alguna ley española aprobada por la mayoría gobernante no hace mucho se hace patente una  prueba irrefutable de la veracidad de las reflexiones de Virilio. Por todo ello cobra especial relevancia aquel ministerio que se encarga de controlarnos: el Ministerio del miedo, eco de la novela de Graham Greene.
   Muchas otras ideas originales iluminan las reflexiones-respuestas de Paul Virilio: la realidad política se halla manipulada por el complejo industrial-militar y por los grandes consorcios empresariales -las empresas del IBEX 35 decimos en España- que han terminado por hacerse con el poder. Al equilibrio del poder propiciado por el armamento nuclear, ha sucedido un segundo ciclo singularizado por el desequilibrio del terror “terrorista”, con múltiples episodios en lo que llevamos de siglo y caracterizados por la capacidad de que una sola persona sea capaz de producir miedos pánicos; la velocidad que, al suprimir el espacio, genera estrés, produce miedo y, a su vez, el miedo aumenta la velocidad. Si en el pasado el encierro tenía que ver con las cárceles y manicomios como demostró Michel Foucault, hoy en día el encierro está en nosotros mismo: la claustrofobia de masas generadora de grandes terrores.
   La administración del miedo es un verdadero arsenal de ideas, quizás apocalípticas y políticamente incorrectas algunas de ellas, pero muy luminosas que deberían hacer reflexionar a los que todavía se consideran ciudadanos libres sobre los peligros de la administración del miedo que la docilidad generalizada está depositando en esos Ministerios del miedo que interactúan de forma muy activa y llevan a extremos inconcebibles  la definición weberiana del estado (detentador del monopolio del uso legítimo de la violencia) y socaba los fundamentos de la verdadera democracia.

 
Pasos Perdidos 2011
Inicio | Catálogo | Autores | La editorial | Distribución | Foreign rights | Contacto Diseño y desarrollo: El viajero