Pasos Perdidos
Elogio de la infidelidad de las mujeres
Páginas: 192
2016
ISBN: 978-84-944769-4-5
PVP: 16,90 €
Formato: Rústica

Elogio de la infidelidad de las mujeres

Consuelo Sánchez Naranjo

«Quien nunca haya sido infiel que tire la primera piedra», dice una de las mujeres entrevistadas en el Elogio de la infidelidad de las mujeres. Posiblemente los seres humanos son infieles por naturaleza; es un debate inacabable, pero lo que sí es seguro es que la infidelidad no depende solo del sexo al que se pertenezca. Distinto es el cómo, cuándo y por qué se sea infiel.
 
La infidelidad de las mujeres ha sido, y sigue siendo, tabú. Pero no por negarla va a desaparecer de la Historia o, simplemente, de las alcobas. La realidad es tozuda y sale a la superficie una y otra vez por mucho que tratemos de ocultarla.
 
Consuelo Sánchez Naranjo presenta a algunas grandes infieles de la historia y recorre las múltiples formas y causas con que hoy se vive el hecho de «ser infiel». Unas veces como medio para salvar un matrimonio; otras, porque nadie puede cubrir las necesidades, deseos y sueños del otro, aunque no por ello deja de ser la persona amada; y en no pocos casos porque revela que se había tomado el camino equivocado, y ese descubrimiento a veces cambia la vida.
 
Sobre todo esto y también en torno a cuándo, dónde, por qué o con quién se puede y se suele ser infiel, reflexiona la autora con un grupo de mujeres de diferentes edades y profesiones. Sus respuestas son tremendamente esclarecedoras. Y sus consejos, para ser infiel y no morir en el intento, no son menos valiosos.

Consuelo Sánchez Naranjo
Consuelo Sánchez Naranjo

Consuelo Sánchez Naranjo (Madrid, 1961), licenciada en Historia del Arte, actualmente trabaja en la administración cultural. Es traductora de literatura juvenil y poeta: La sombra de Barba Azul (Premio de Poesía Clara Campoamor, 1985), Que en el cielo estás escrita (Ediciones del Primor, 1999), Linfa veladura (Ediciones del Primor, 2000) y Sólo el cambio perdura (Ediciones del Primor, 2003).


Notas de prensa
Canal Txingudi - 08/09/2017
Entrevista en canal Txingudi
Por

Entrevista a Consuelo Sánchez Naranjo en canal Txingudi. Pulse aquí para verla.

El Español - 24/08/2017
¡Vivan los cuernos!: el libro que defiende a las mujeres infieles
Por Edurne Pujol

Consuelo Sánchez Naranjo llega para acabar con los convencionalismos sobre la infidelidad. La escritora destruye el mito alrededor de la traición amorosa y la idea extendida de que sólo los hombres faltan a esa lealtad no escrita. Como una grúa de demolición que arrasa con los cimientos de un edificio viejo Elogio de la infidelidad de las mujeres (Pasos perdidos) quiere acabar con eesta idea equivocada. 

Construye un relato alrededor de la infidelidad y a través de testimonios reales. Sobre las páginas se reproducen conversaciones de la autora con un grupo de mujeres -de 26 a 70 años- acerca de amantes, sexo, sensualidad, poder y amor. En el libro presenta también una muestra de las mujeres -iconos de la historia y del poder femenino- que se hicieron libres para ejercer el poder e independientes para las relaciones. 

¿Por qué el cine y la literatura sigue mostrando al hombre como centro de la infidelidad? ¿Por qué la mujer no se presenta como la protagonista de una vida infiel? La realidad no es lo que se dibuja en los guiones y en las novelas, la autora defiende la imagen de una mujer libre, que elige con quién -o quiénes- compartir su tiempo, que tiene el poder sobre su cuerpo y el control de sus actos.

 

Para "siempre"

Consuelo Sánchez parte de la desigualdad de género para trasladar el problema a la propia infidelidad. Busca huir de aquello que se aceptó en el hombre y se estigmatizó en la mujer, de la idea normalizada de que ellos son infieles y ellas tan sólo se resignan a la estabilidad de una pareja y no disfrutan de las aventuras . Y si lo hacen, se convierten en aquello que dicta la mala fama. 

“Si tu compañero habitual es un intelectual orgánico, con el que debatir durante horas sobre el falansterio trasplantado al Madrid del siglo XXI, tal vez necesites un poco de pasión”, explica una de las mujeres en una confesión para el libro. Y continúa: “Bien te vendrá entonces un escarceo periódico con un espécimen de gimnasio”. 

“Los pactos nacen para ser rotos; no son eternos”, con este principio bajo el brazo la autora habla de la infidelidad en todos los ámbitos de la vida. Pretende explicar que en un momento en el que las relaciones son volubles, la infidelidad no es un síndrome masculino que tan sólo expresa deslealtad. Para ella, es un pacto más -que no se resguarda unicamente en las relaciones de pareja- y que puede ser una muestra de libertad, autonomía y amor por una misma. 

Infieles en el poder

La historia ha estado llena de grandes infieles -hombres y mujeres- que trabajaron mano a mano con el poder y tuvieron la autoridad suficiente para manejar sus imperios. El libro es un relato que pretende poner en valor “la destacada diferencia de todas las mujeres en el ejercicio del poder, dentro y fuera de las alcobas que compartieron -con hombres, por cierto, infieles casi siempre-.

Desde Cleopatra hasta María Antonieta, parando en Mesalina -que ejerció la prostitución porque lo prefería antes que el lecho imperial- y en Madame Pompadour -destinada, según una adivina, a ser la amante del rey-. 

Con ellas al frente, Consuelo describe la historia -poco generosa con las mujeres- que no se dejaron llevar por el costumbrismo de cada época y manejaron -hasta donde se podía- su destino sexual, las relaciones íntimas y el control de sus países. 

Brújulas y espirales - 14/11/2016
"ELOGIO DE LA INFIDELIDAD DE LAS MUJERES": ¿LA INFIDELIDAD, MOTOR DE CAMBIO?
Por Francisco Martínez Bouzas
Si algo pretende este libro es poner en cuestión e incluso deconstruir el tabú de la infidelidad de las mujeres. La autora acomete la empresa desde diferentes frentes: el ensayo, la biografía histórica y el relato confesional. La idea generadora de esta publicación miscelánea surgió con el relato rebosante de pasión y complicidades que cuenta una mujer en vísperas de la vista de su divorcio. Esa pasión la había vivido durante su matrimonio y el que la había suscitado, fue un hombre que no era su marido. Es un caso entre los muchos que se producen a diario que contribuyen a que la infidelidad femenina deje de ser negada, pierda la categoría de tabú. El procedimiento que sigue Consuelo Sánchez Naranjo (Madrid, 1961) para hacerse con el material confesional relativo a la infidelidad femenina, fue sacar el tema en reuniones con sus compañeras de trabajo, mediante una estrategia creativa que facilita la generación de ideas y el análisis del problema.

   Pero esta parte del libro, sin duda la más viva y sugestiva, en que la infidelidad es contada por las mismas mujeres, está precedida por un capítulo ensayístico  en el que se analiza la significación poliédrica del término infidelidad. Acotándolo desde las definiciones  de los diccionarios, pero centrándose en el hecho de que, teniendo una pareja que goza de cierta estabilidad, se mantiene una relación no consentida con otra persona; pudiendo adoptar diversas formas, si bien siempre con una relación sexual incluida: desde el follamigo hasta el sexo contratado previo pago. La autora comparte la idea de Daniel Tubao expuesta en una entrevista para Gleeden -una página web especializada en encuentros adúlteros- de que la fidelidad es una falsa virtud, cimentada en el “para siempre” o en el “hasta que la muerte nos separe” de los ritos matrimoniales, de las canciones de amor, etc. Pero tampoco lo contrario: la infidelidad no puede ser considerada comportamiento virtuoso, aunque admite que el mundo pertenece a los infieles. Y aquí recurre a la tesis de partida repetida a lo largo del libro: la infidelidad es un motor de cambio, y, para demostrarlo, apela a ejemplos disímiles: estilos artísticos que nacen de una infidelidad de los artistas con relación a los movimientos artísticos precedentes. Lo mismo acontece con las revoluciones científicas, o en casos más prosaicos: somos infieles a la compañía eléctrica o telefónica cuando la cambiamos por otra. Con la pareja habitual a veces ocurre algo similar. En mi opinión, sin embargo, no son casos comparables.

  Añade la autora que, manteniendo la obligada lealtad, la infidelidad puede acarrear beneficios para la pareja y sobre todo para la mujer: a muchas mujeres sentirse queridas por otro hombre les ha permitido recobrar la confianza en sí mismas y evadirse de la monotonía del día  a día. Todo ello seguramente es verdad, pero sin ese requisito de la lealtad, la infidelidad es en sí deshonesta, generadora además de daños colaterales en las parejas que, de forma explícita o implícita, han aceptado la fidelidad. De ahí que en el título del libro no estaría de más hacer igualmente mención al elogio de la lealtad.

   Después de desgranar las vidas infieles de cuatro mujeres de la historia -“Infieles en el poder”-: (Cleopatra, únicamente fiel a sí misma, Mesalina la “meretrix Augusta”, Madame de Pompadour, la amante preferida por la esposa de Luís XV, y María Antonieta, una de las primeras mujeres que se consideraron dueñas absolutas de su cuerpo), la autora recoge las opiniones de distintas mujeres de diferentes edades y profesiones, obtenidas en dos reuniones. En la primera se fijan conceptos sobre cómo, cuándo, dónde y por qué son infieles las mujeres. La segunda es una reconstrucción del imaginario femenino, realizado por esas mismas mujeres. En esta parte confesional surgen respuestas interesantes sobre los problemas a los que se enfrenta una mujer infiel: ¿un amante fijo o muchos rollos?, ¿cuándo?, ¿dónde?, ¿cómo?, ¿por qué?, ¿con quién? La autora extrae del material confesional conclusiones  oportunas que no me corresponde revelar.

   Un libro interesante, ajeno al morbo,  a la frivolidad y al tono panfletario, que pretende deconstruir y normalizar. Según las estadísticas, la mayoría de los hombres y al menos un tercio de las mujeres han sido infieles alguna vez en su matrimonio o relación de pareja. Un hecho fácilmente explicable porque ni la monogamia ni la monandria  están impresas en los genes. Desdramatización pues de la infidelidad; un elogio de la libertad bien entendida cuando va unida a la lealtad, que Consuelo Sánchez Naranjo concluye con ciertos consejos: cómo hacer de la negación un arte, jugar al despiste, no dejar rastros, evitar líos como enamorarse perdidamente del amante a no ser que se tenga claro el propósito de romper la relación estable. Finalmente: aprender a terminar cuando la historia no da más de sí.

Madrid Diario - 17/10/2016
La infidelidad de las mujeres es un tema tabú
Por

Puede leer la entrevista pinchando AQUÍ

Grupo Promecal - 06/10/2016
«La infidelidad de la mujer se estigmatiza y sanciona».
Por Javier M. Faya

Puede leer la entrevista clicando AQUÍ

Madridiario.es - 23/06/2016

Por

Consuelo Sánchez Naranjo (Madrid, 1961) ha visitado la Terraza de Gran Vía para hablarnos de su último libro, 'Elogio de la infidelidad de las mujeres'. Un relato sobre las grandes infieles de la historia y las múltiples formas y causas de ser infiel. Constantino Mediavilla, presidente editor y director de Madridiario, ha entrevistado a la escritora, que no descarta escribir una segunda parte de la obra.

"Quien nunca haya sido infiel que tire la primera piedra", dice una de las mujeres entrevistadas en el 'Elogio de la infidelidad de las mujeres'. Un asunto que cuando se trata del género femenino se convierte en un "tabú", reconoce Consuelo Sánchez. El libro, que "no es autobiográfico", señala la escritora, recoge los testimonios de mujeres que en algún momento de su vida ha sido infieles. Asuntos amorosos de mujeres históricas y de otras, que utilizaron las infidelidades para salvar su matrimonio, cubrir las necesidades y sueños del otro o para cambiar su vida.

"Las mujeres prefieren tener muchos escarceos antes que un amante fijo", cuenta a lo largo de la entrevista. Sin embargo, la realidad, asegura, es que todas terminan teniendo un único amante que termina provocando importantes "marañas sentimentales". A lo largo de sus páginas, el libro pretende desdramatizar esta realidad. "No es un libro frívolo, habla de una realidad poliédrica y desde distintas perspectivas", añade.

Sobre todo esto y también en torno a cuándo, dónde, por qué o con quién se puede y se suele ser infiel, reflexiona la autora. Si quiere ver la entrevista completa a la escritoria, no se pierda este vídeo:

https://youtu.be/MlxBaawZXQ4

Blog David desde el rincón - 15/06/2016
«Las relaciones fuera de la pareja han supuesto históricamente un estigma para las mujeres, mientras los hombres consideraban que era un derecho».
Por David García Gallardo
-“Quien nunca haya sido infiel a la pareja, a la familia, a los colores del equipo o a las propias convicciones, que tire la primera piedra”, así comienza tu libro. ¿Somos entonces todos infieles a nuestra manera?

Quizá sea esta una afirmación demasiado tajante y no me gusta generalizar, pero sí, de alguna manera, todos somos infieles. La infidelidad forma parte de nuestra existencia aunque no siempre la llamemos por su nombre. Raros son la niña que no ha cambiado nunca de amigas, el adolescente que no modificó sus costumbres, la chica que no ha probado con una peluquería distinta de la de su madre, aquel que no ha sustituido su teléfono móvil sin que se hubiera roto, o quien no haya movido, si se terciaba, su hipoteca de banco. El término infidelidad resulta poliédrico en lo que a su significado se refiere y, aunque solemos identificarlo con el sexo y eso retrae a muchas personas a la hora de declararse infieles, se extiende a muchas y muy variadas facetas de nuestra vida. Por eso, “quien no haya sido nunca infiel, que tire la primera piedra”, como, más o menos, se decía ya en el Evangelio de San Juan…

-¿La infidelidad puede ser entendida como un método de evolución, de cambio?

Esa es una de las tesis del libro y justifica que se pueda tratar la infidelidad como un Elogio. Viene a decir que el ser humano no hubiera podido evolucionar sin subvertir el orden establecido en cada una de las etapas de la Historia. Cada nuevo movimiento artístico parte de una infidelidad a los cánones estéticos del momento, las revoluciones nacen de la voluntad de cambio de los pueblos, los descubrimientos científicos son una alteración del conocimiento que se había reunido sobre una cuestión hasta una determinada fecha…

-Hablas de algunas infieles históricas y también has entrevistado a mujeres de diferentes edades y profesiones ¿Cómo ha sido la experiencia? ¿Cuánto se aprende al contrastar opiniones con otras sensibilidades?

En el libro se recogen unas referencias a las “biografías infieles” de Cleopatra y Mesalina, dos figuras femeninas del mundo romano, por una parte, y, por otra, las de las dieciochescas Madame de Pompadour y María Antonieta. Viven en momentos de crisis, que representan el fin de determinadas etapas de la Historia y, por extensión, de una determinada manera de ver el mundo a punto de transformarse. Completar esa visión con la opinión de algunas mujeres contemporáneas me parecía obligado. Por eso, reuní a unas cuantas para que desvelaran cómo entendían la infidelidad, los problemas a que se enfrenta una mujer infiel, si era mejor tener un amante fijo o muchos escarceos, así como dónde, cómo, cuándo, por qué o con quién se es infiel. Las respuestas, que se completaron con otras muchas que me enviaron por escrito, resultaron tremendamente esclarecedoras y pusieron de manifiesto la extensión de un fenómeno que se desarrolla generalmente en silencio. Escuchar siempre es útil y ver con la mirada de otros completa nuestra percepción y puede llegar a desdramatizar y a limar culpabilidades. El libro es eso: mujeres que hablan de mujeres en torno a un tema que suele considerarse tabú. Las participantes de las reuniones contaron su experiencia o la de alguna amiga, sin juicios ni prejuicios. Yo las recogí y las traduje para que fueran legibles. Después de todo este proceso, creo que quien se acerque a observar esa conversación tranquila, puede o entender un poco más a las mujeres (sobre todo si es hombre) o extraer alguna enseñanza para aplicar a la propia realidad.

 

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-¿Por qué la infidelidad femenina sigue teniendo un aura de tabú, más difícil de aceptar que la masculina?

Siglos de dominación patriarcal no desaparecen así como así. Las relaciones fuera de la pareja han supuesto históricamente un estigma para las mujeres, mientras los hombres consideraban que era un derecho. Hoy en día, sin embargo, las sociedades occidentales están mandando al traste siglos de dominación y, en un plano de igualdad, la infidelidad de las mujeres se convierte simplemente en una opción más, entre las muchas posibles, de vivir la sexualidad. Si el tema sigue siendo tabú, es, sobre todo, porque identificamos infidelidad con sexo.

-Históricamente, la mujer infiel ha sido un símbolo de irresponsabilidad, incluso de peligro para la estabilidad social

Todo tiene que ver, como ya decía Engels, con el nacimiento de la propiedad privada. Si, en una coctelera, mezclamos este ingrediente con el contexto de dominación masculina, da como resultado el deseo de transmitir la riqueza a los hijos. Y para ello, lo primero que se plantean los varones es que lleven su sangre. Por eso deben asegurarse la fidelidad de las mujeres “propias”. Los griegos ya lo veían así y los romanos lo consolidaron a través del Derecho. De ahí, hasta casi nuestros días. Eso sí, siempre ha resultado más intolerable el “qué dirán”, que las infidelidades en sí. El problema de la emperatriz Mesalina, por ejemplo, no fue tanto que tomara amantes  –algo que muchas mujeres patricias hacían, con “decoro”, en la intimidad de los  hogares- sino que se atreviera a desafiar a la sociedad de Roma con el número, frecuencia y publicidad de sus relaciones, traspasando la zona pija y montándoselo en la Subura, el barrio de los burdeles.

-¿Existe en la infidelidad de la mujer un componente feminista, de afirmación personal?

En la infidelidad de las mujeres intervienen muchos y muy variados factores. Se da, fundamentalmente, porque es muy difícil que haya una persona que cumpla al 100% con nuestras expectativas, o que lo haga durante mucho tiempo, y eso choca, generalmente, con nuestra educación sentimental. También se es infiel por curiosidad, por saturación, por salvar una pareja o por mejorar la autoestima. En cualquier caso, se es infiel por voluntad -que es lo verdaderamente relevante-, y, por lo tanto, en ejercicio de la propia libertad.
 
-¿Cómo ves los casos de mujeres literarias infieles, de Madame Bovary, lady Chatterley o la Regenta, todas ellas escritas por hombres?
 
Son personajes que comparten una fuerza vital impresionante y que, además, reflejan la realidad de la época en la que fueron escritas las novelas que protagonizan. De las tres –y de otras, como Anna Karenina- se habló mucho en la segunda de las reuniones que sirvieron de base a la escritura del “Elogio de la infidelidad de las mujeres”, sobre todo a la hora de ejemplificar lo complicado que es encontrar personajes femeninos infieles sobre los que no exista una sanción social terrible, ya que suelen ser castigadas por separarse de las costumbres establecidas. Como decía una de las participantes, “sin los colchones de la verdadera independencia, la autonomía y el respeto del entorno, están condenadas a acabar fatal”. El hecho de que, como sugieres en tu pregunta, sean hombres quienes han decidido la suerte de heroínas tan desgraciadas, debe hacernos reflexionar sobre nuestra educación sentimental.
 
-El tópico dice que la infidelidad femenina es mucho más discreta que la masculina porque no existe tanta necesidad de presumir de la nueva conquista, porque se sabe guardar mejor el secreto.

Creo que, necesidad de presumir, más bien no existe ninguna en esta materia que nos ocupa. Tanto es así que, tras recabar la opinión de las mujeres que intervinieron en las reuniones y en otras entrevistas o a través de correos, hubo un consenso absoluto en recomendar a quien estuviese pensando ser infiel, que lo mejor era no contárselo a nadie, por mucha necesidad de hablar que se tuviera. El silencio de la mujer infiel es puro pragmatismo.
 
-Hay gente que distingue la fidelidad de la lealtad, que cultiva otras relaciones pero mantiene el mayor vínculo con la misma persona.

Sobre eso también se debatió mucho en las reuniones y la idea de la necesidad de mantener la lealtad por encima de la fidelidad se impuso por goleada. Aquí, no puedo dejar  de citar la dicotomía que planteaba otra de mis colaboradoras y que se refiere a la fidelidad como algo derivado de la fe que alguien debe a otra persona frente a la lealtad como valor que consiste en no darle nunca la espalda.
 
-En este sentido, ¿cómo analizas fenómenos crecientes en nuestros días, como el del poliamor? El poliamor también puede ser base de infidelidades

El poliamor implica la polifidelidad y, en consecuencia, puede también conducir a la polinfidelidad. Todo depende de qué pactos se tengan en la relación poliamorosa. En cualquier caso, esos pactos también pueden romperse y dar lugar a marañas sentimentales de gran complejidad.
 
-Eres licenciada en Historia del Arte y trabajas en la administración cultural. ¿Cómo ves la situación de este mundo hoy día en España, con la famosa polémica del IVA cultural?

Tener uno de los tipos de IVA más altos de la eurozona y muy por encima de la media europea no se corresponde con la realidad social de un país como España. Además, la cultura no es un lujo, sino un bien social. Creo que hay que restablecer un tipo de IVA cultural razonable y ajustado a lo que representa aquí la cultura y que favorezca el acceso de los ciudadanos a los bienes y servicios culturales.

 


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RNE - 15/06/2016
Consuelo Sánchez Naranjo en El Matí a Ràdio 4
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Entrevista a Consuelo Sánchez Naranjo sobre "Elogio de la infidelidad de las mujeres" en El Matí a Ràdio 4. Escuchar pulsando aquí


 
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